El buey que trilla

 Sabemos que el mal y el bien existen; y sabemos, o eso pensamos, como personas grandes, que tipo de personas representan a uno y a otro lado. Por ejemplo sabemos que el consejo de un padre tiene más valor que el de un amigo: y en pro de eso actuamos. Ahora bien la Biblia nos presenta tres cuernos de un mismo chivo que representan el mal: Satanás, el mundo (forma de vivir de los que no siguen a Dios) y la carne (parte que del ser humano que es tentada de lo malo). Y es por esta diversidad de ramas que somos confundidos y engañados. Estas ramas son evidentes en la prueba que sufrió nuestro Señor cuando fue tentado por el Diablo: lo tentó con satisfacer una necesidad intrínseca del ser humano (la carne), lo tentó con una propuesta que parecía buena, pero que en realidad lo apartaria del propósito claro de Dios que es depender de el u no de su propia iniciativa (el mundo), y finalmente lo tentó con poder y gloria le servía (Satanás, como príncipe de demonios, que ostenta autoridad en la t

 Venimos hablando de habilidades blandas, pero hay personas a las que eso no le cabe en la cabeza, pues su corazón es competitivo y han percibido en su subconsciente que si dejan de depender de esa ayuda que tienen en su corazón no podrían sobrevivir y ahí se crea una fortaleza dañina de las que habla el Apóstol Pablo 2 Corintios 10.1-4. Es importante que aprendamos a ceder como personas, a razonar. Y estando en Cristo debemos apartarnos de esas decisiones que tomamos con el corazón y reevaluarlas delante del Señor. Dios no te va a hacer perder en un área que tú le entregues a El, pues todo obra para bien para los que le dan su primer amor a Dios. Este tipo de fortalezas es dañina porque te hace perder el análisis del espíritu de la mente (que es otro parte de la psiquis del ser humano). Es el espíritu más calmado y frío que tenemos y nos ayuda a ver las cosas con claridad, que fue lo que le faltó al siervo talentoso que enterró su talento. Fijemonos cuanto quiere Dios que desarrollemo

 Las habilidades blandas son un tema muy común a nivel de las redes debido a la abundancia actual del trabajo intelectual que por el teletrabajo se hace más necesario hoy día. Las habilidades blandas son aquellas que se adquieren por la experiencia y el trabajo de introspección propio de un ser humano que quiere superar sus limitaciones. Pero a muchas personas les pasa como al talentoso siervo de las parábola de los talentos. Cuyo mayor problema, a mi entender, no fue lo que hizo sino lo que le dijo a su Señor. Porque digo su mayor problema: el ladrón de la cruz no tuvo oportunidad de trabajar en la obra del Señor, sin embargo Cristo le aseguro que ese día estaría con el en el paraíso; contrario al que le devolvió el talento íntegro. Meditemos en las palabras de Cristo que nos dicen, que por nuestras palabras seremos absueltos o condenados. Además dice que hasta las palabras ociosas nos serán contadas para bendición o maldición. Y el Apóstol Juan le aconseja a un hermano en la fe, que

 Los privilegios de ser una persona entendida no pueden desviarnos de las verdades básicas de la vida: sin Jesús nada somos y nada podemos hacer. El discernimiento sano es comunicativo y consensuado y no aislado ni autoritario. Por esto la incisión del cirujano Jesucristo a su iglesia con la espada de la palabra suya diciendo ' el que quiera ser mi discípulo: nieguese a sí mismo, tomé su cruz y sigame'.   La mente le a jugado sucio a muchos hombres que diciéndose tener su doctrina basada en la Biblia se alejan de principios básicos como ese. Y es ahí cuando el amor juega un papel fundamental: regresando la mente engreída por las contrataciones espirituales, (no siguiendo el mismo descarrio que cometió lucifer), al rendimiento total al Espíritu Santo de Dios. El amor, según 1Corintios 13, es un apego incondicional a la persona amada reconociendo que sin ella la vida no tendría el mismo sentido. Y el verdadero amor no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Lo que qui

 Discernir es identificar una cosa de otra. La palabra también se puede escribir como cernir: acto de separar el polvo de partículas más gruesas de una materia. Desde el momento que entendemos algo distinguiendo lo de otra cosa, estamos discerniendo.  Sin embargo, la agudeza del discernimiento es distinta según sus talentos. Es importante saber que el discernimiento esta entre las 9 manifestaciones del Espíritu Santo, según 1 Corintios 12 (discernimiento de espíritu). Discernir espíritu está muy ligado al fin de palabra de sanidad, pues el el que tiene el don de palabra de sanidad discierne cual es el final de quien se maneja de manera indebida, muy especialmente de quien tiene una actitud en la vida que le puede impedir sanar en un futuro. Aunque el Apóstol Pablo pone en un lugar intocable al que discierne (1Corintios 2.15), el reconoce en 1Corintios 13 que en parte conocemos y en parte profetizamos. Lo que confirma el proverbio en la multitud de consejeros está la sabiduría.  Es por

 En el capítulo 12 de primera de Corintios se evidencia el paso del hombre de una dimensión a otra tan trascendental como lo fue el paso del hombre a la luna (claro uno a nivel científico y otro a nivel espiritual). Este es el paso del discernimiento al amor. Solo con discernimiento el hombre puede diferenciar espiritual el hombre puede diferenciar entre un don espiritual y otro, así como el apóstol Pablo lo hace en el capítulo 12 de 1 de Corintios. Sin embargo al final introduce lo que aparece luego en el capítulo 13: el amor. Si vemos los versos bíblicos que hablan del amor, nos damos cuenta que el amor es el último eslabón en la cadena de las virtudes espirituales. Es así para el Apóstol Pedro, como para Juan, como para Pablo. Ahora bien cuál es el camino para pasar de discernimiento, a amor, basado en 1 de Corintios 12.31, y como se relacionan en el proceso: según la experiencia del #elbueyquetrilla. Referencias Bíblicas: 1 Corintios 12.31 2 Pedro 1.5-7 1 Juan 4.8-10 1 Corintios 13

 La Biblia nos dice en Romanos 5 que la esperanza que no nos defrauda es la que está fraguada en las pruebas superadas. Fijemonos que el relato bíblico no dice como Job alcanzó su fortuna, ni el hace saber cómo fue. Es en las dificultades que conocemos a Dios y no en la bonanza. Es decir, que si algo no te costó el justo precio, para conservarlo tendrás que sufrirlo. Aunque José el hijo de Jacob superó muchos obstáculos para llegar a ser segundo en Egipto, tuvo que enfrentarse al recuerdo desagradable del mal que había sufrido (cuando sus hermanos fueron a comprar provisiones) para aprender a perdonar. Esto también lo aprendemos de la frase de David: 'no daré yo al Señor algo que no me cueste'. A David el Reino nunca le fue quitado pues su corazón fue agradable a Dios y por eso fue ungido por rey. Muy contrario a Saúl que aunque Dios lo llamó con llamado poderoso no entendió su papel de canal de bendición y se creyó la fuente misma de ella: se avergonzó del llamado a rey escond