No sirvas al Señor de mala gana!
Esa es la diferencia que, según las reacciones podemos asumir del hijo mayor del padre del hijo pródigo, mientras que el menor veía el beneficio de la vida que le tocó vivir.
Demonos cuenta en el versículo 13 de Lucas 15 (la parábola del hijo pródigo), nos dice que le entregó su herencia a ambos hijos; no solo al menor, pero el mayor de codicia y avaricia pudo ser lleno al no disfrutar ni festejar por lo que había obtenido: cuál el que lo quiere todo.
Es bueno destacar que repartir la herencia a los hijos no era considerado falta de respeto en el contexto de la parábola, pues en ningún momento lo dice.
En los versos 17 y 18 nos revelan que el hijo menor no era orgulloso y conocía el don, la capacidad gerencial y de justicia de su padre: diciendo querer ser uno de sus jornaleros.
Por el contrario el mayor fué como si viviera pensando por un pensamiento de inferioridad disfrazado de orgullo, según es manifiesto en el testimonio de su padre: todo lo mío es tuyo. Es decir no había celebrado porque no quería.
Bendiciones, buey de piernas fuertes y lomo resistente, que trilla en cualquier vida que Dios te permite, a tiempo y fuera de tiempo!
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