Hazme un jugo de limón!
Si a usted su padre le dice un día: hazme un jugo de limón que me dure dos días y te voy a dar 100 pesos. Usted de seguro se lo va a hacer, primero por agradarle. Pero si usted no supo hacer un jugo que le durara dos días a su padre porque los limones que estaban vendiendo por su casa eran de poco agrio, que usted cree que va a hacer el padre?
Yo diría que basado en la mala experiencia que tuvo con los limones, y la buena experiencia que tiene de frutas le diría si está en tiempo de mangos: hazme un jugo de mango que me dure tres días y te voy a pagar 200 pesos.
Atienda usted algo: la petición es casi la misma, lo único que varía es la fruta y la recompensa, pero a ambos les exige un esfuerzo. Así mismo pasa con los que guardan un día para el Señor y los que sirven todos los días (Romanos 14.1-6).
Dios no cambia pero respeta la voluntad del hombre, por eso cuando Israel quiso un hombre como Rey se lo dió y aún tienen rey humano aún muchos no fueron fieles a Dios y no cumplieron su propósito. Así mismo Dios le dice a los que analizan y dicen mi rey es Dios, renuncio a los reyes humanos y vuelvo al tiempo de los jueces: Dios te respetará. Pero respeta al que le sirve al descendiente del rey David: porque Dios afirmó su reino para siempre en Cristo Jesús (Salmos 89.3-4, Hechos 2.30).
El que hace el jugo de limón tendrá su recompensa! El que hace el de mango tendrá su recompensa!
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