Un día, dentro de otro día.

Vivir un día dentro de otro, a nivel de recuerdos, es normal para las personas. Incluso para los animales esto es así. Esto es lo que nos permite nombrar y revivir los recuerdos cuando conversamos, predicamos, enseñamos; incluso para emprender, tomar decisiones importantes: la memoria nos ayuda recordar vivencias y sentimientos.

La Biblia nos habla, de que Abraham anticipó el día de Cristo (Juan 8.56), y se gozo. Luego de este día espiritual dentro de otro día, Moisés, por revelación, Dijo que surgiría un profeta, en el pueblo, con la categoría de él delante del pueblo; y quien no le hiciera caso sería cortado del pueblo. Así formalizó Dios lo que ya le había dicho a  Eva en Génesis 3.15: "..tu simiente le pisará la cabeza", hablando de la serpiente antigua (Satanás).

De hecho, tanto los judíos que murieron creyendo en esa enseñanza, como los gentiles cuya conciencia fue su ley para ellos mismos, fueron los cautivos que subieron con Cristo al cielo desde lo mas profundo de la tierra, según Efesios, y es al principio de esta misma carta que se nos revela porque ese día del sacrificio perfecto por el pecado tenía y tiene tanto poder: primero, Cristo fue sacrificado intencionalmente por el Padre desde antes de la creación del mundo; segundo, el sacrificio fue llenó de sobre abundante gracia porque Cristo jamás peco y fue concebido sin pecado.

Referencias Bíblicas:

Juan 8.56

Deuteronomio 18.15-22

Génesis 3.15

Efesios 1.3-14

Efesios 4.8

Romanos 2.14-16


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