Sabe Dios para qué te tiene entre su pueblo!
La Biblia resalta en Romanos 1.32 que el que práctica algún hecho pecaminoso de manera oculta, pues le avergüenza, no es tan culpable como el que lo predica o consiente que otro lo haga. Y por qué? Pues porque más fácil acepta la reprensión y el llamado de Dios quien se avergüenza de lo que lo atormenta o aflige. Decía Jesús del fariseismo que eran sepulcros blanqueados, (Mateo 23.27-28),por lo que se entiende que el mal testimonio no era aceptado entre sus filas: ellos se habrían desligado del asesino Moises, del deprimido Elias, del blasfemo Gedeón, del humillado Job. Los hubieran condenado a la primera: Moisés mató un egipcio, Éxodo 2.11-12, Elías tuvo su ministerio en poco, renegando su fé en un Dios de esperanza, así como Gedeón, 1 Reyes 19 y Jueces 6, Libro de Job. Y que podemos pensar por el conocimiento que tenemos de la palabra de Dios, yendo más profundamente, acaso en esos tiempos el principado del asesinato no existía, o el de la depresión, o el de la duda, o el de la blas