El buey que trilla

 Tornarse es lo mismo que girarse o cambiar de frente. Podríamos decir que si una persona es muy chistoso y se torna más reflexivo, o juicioso, su personalidad dió un giro o se torno diferente.Pero hay una cosa cosa: la sabiduría es respaldada por quienes la practican; dicho de otra forma por dónde corrió un río y se secó, puede correr de nuevo. Pero, qué nos dice ese fenómeno que se da en tan diferentes escenarios de la vida terrenal: si algo se torno negativo en la vida emocional- social de una persona, no quiere decir que ya no puede sanar, que ya no puede devolverse. Negar esto, sería negar la eficacia del evangelio.  El evangelio de Jesucristo nos revela incluso lo inmedible que puede ser eso cuando nos dice en Mateo 21.28-32: que un hombre tenía dos hijos y al primero de ellos le dijo fuera a trabajar en su viña, a lo que esté respondió "no iré" y fue y al segundo le dijo lo mismo y éste respondió "si iré" y no fué. Que vemos en esta parábola: alguien puede to

 Con el fin de edificar al buey que trilla (a cada una de las personas que trabajan en la obra de Dios), me ha parecido bien enseñar cuáles son los frutos que debemos dar como cristianos y cómo influye el hecho de que seamos fructíferos en que el Señor reciba lo que hemos hecho con nuestros talentos. Lo primero es que no debemos confundir fruto y talento. El talento es innato, mientras que el fruto son virtudes del Espíritu que permitirán que nuestro talento sea aceptado por Dios y explotado a su máximo nivel. Por ejemplo: el tamaño de una persona no lo hace un mejor jugador de basketball, mas sí la disciplina. Ahora yendonos a las Sagradas Escrituras podemos observar que la Biblia se refiere a un grupo de virtudes en Gálatas 5.22-23 como a un solo fruto, como si todas fueran abiertas y/o accesible para nosotros por una única llave. Hablar del nombre de Jesús es hablar de esa llave, pues el Espíritu Santo fue enviado por el Padre en su nombre (Juan 14.26). Es por esto que el fruto del